21 diciembre, 2006

'Living With War – Raw In the begining’. ¿Oportunismo o sensatez?


A todos los que desconfían de las segundas ediciones. ¿Oportunismo o sensatez?
Respecto a las críticas que he tenido oportunidad de leer en algunas páginas de internet sobre si las segundas ediciones tienen una connotación puramente comercial y económica, es indudable que esta nueva revisión del trabajo de Neil Young va más allá de todas esas simplezas. La edición de 'Living With War – Raw In the begining’, además de ser una aportación más cruda y realista de lo que condujo a la gestación del primer trabajo LWW, implica no repetir los mismos criterios de protesta, como muchos podrían pensar, sino insistir en los alegatos antibelicistas que fundamentan la posición norteamericana a la guerra de Irak. Durante estos seis últimos meses es incuestionable que las muertes se han ido incrementando por doquier, y que las condiciones de paz no se vislumbran por ninguna parte. Asimismo, los políticos de turno, con Bush a la cabeza, pretenden que nuestra visión de toda esta extrema hostilidad y barbarie gire sobre su esperpéntico eje del bien y del mal.

Desde mi punto de vista, esta nueva reedición en crudo de LWW Raw, más el DVD documental que lo acompaña, es una nueva ofensiva –y me encantaría que no fuera la última- de Neil Young en contra de los dictámenes visionarios de los que pretenden erigirse en auténticos pseudosalvadores de la humanidad, escondiendo detrás de informes y demás reports falsificados, las razones injustificables que la evidencian (comerciales, económicas, de compensación a la agresión, etc...)

Podemos hablar de trabajos y de reediciones, pero ciertamente la única argumentación posible ante este ‘natural’ producto es la necesidad de reflexionar una vez más –si es que no lo hicimos anteriormente- sobre lo que representa su escucha, y esta vez en crudo y sin refinar, tanto de su música como de su contenido, enlazándolo con la propia realidad de cada uno, dentro de su propio espacio personal, único e intransferible y, con la percepción inequívoca que, como ciudadanos del mundo que somos, podemos estar impasibles o activos en contra de este entramado cruel que embrutece la dignidad humana.

Mientras existan constructores de guerra serán necesarios arquitectos para la paz, como Neil Young.

Gracias Neil, por hacernos pensar sobre la verdad y la libertad que podemos desear en este mundo en que vivimos.

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