Lo dijo Neil Young allá en 1991:
«Los cedés son totalmente superficiales, les falta la profundidad del sonido analógico. Donde antes había todo un universo de sonido, una zona de ecos y ruido, millones de partículas sonoras, ya no hay nada. Escucha un disco de principio a fin y luego el mismo cedé entero. Tu organismo notará la diferencia».
Lo acabo de sacar de un ARTÍCULO de el Correo Digital, que ha firmado Iñaki Esteba y que si eres amante de esos viejos plásticos negros, vas a recibir con inmensa alegría.
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