El amigo Zuma, que además de playero hasta la médula es un enamorado de la vida sobre los pedales, ha escrito su cronica de su viaje a Londres el pasado 9 para asistir al concierto de Neil Young en el Hammersmith.
Y no lo puede disimular. A mi me ha contagiado su entusiasmo y me ha hecho recordar un montón de sensaciones que viví unos días antes en el Rex, de una forma tal que no lo he podido evitar y aquí me tienes con las orejeras puestas y el concierto del 15 a toda pastilla.
Ojalá cada vez que habra mi correo salieran cosas como esta.
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