18 agosto, 2008

Neil Young en Colmar / 2


Para vuestro conocimiento os adjunto la crónica aparecida en el periódico L'alsace centrale y su traducción en lo referente a lo que nos interesa: Neil Young

Volviendo sobre... Neil, por siempre Young

Si sólo se podía ver un concierto en el festival de la Feria de los Vinos 2008 ese era el de Neil Young, el viernes 15 en el Théâtre de plein air. Mientras que su compatriota Alanis Morissette conseguía llenarlo, el antiguo miembro de Crosby, Stills, Nash & Young no atrajo "nada más" que a 7500 fans. Una multitud sin embargo numerosa, que dio una impresión de lleno absoluto.

.......................

Ambiente de luna llena

Hicieron falta no menos de seis camiones para transportar todo el decorado de Neil Young. Y en escena, eso se ve: proyectores gigantes, pantallas de cine, estatua de indio de madera, ventilador gigante o incluso un piano. A las 21h Neil Young y sus músicos desembarcaron en un ambiente ensordecedor. Resonaron las primeras notas de Love and only love y se lanzaron a cerca de 2h30 de concierto.

Si bien el comienzo del concierto hizo honor a las piezas más eléctricas de su repertorio (Hey hey my my, Spirit Road, Cinnamon girl), Neil Young es capaz de sumergir al público en un trance casi religioso con canciones como Mother Earth, tocada sólo con órgano y armónica o The needle and the damage done, a la guitarra acústica.

Desde el patio, incluso la luna, casi llena, parecía querer ser invitada al concierto. El cantante no lo pasó por alto y, después de una oda al astro blanco, terminó con una de sus más bellas estrellas, Heart of gold. El público enloqueció, pero todavía no había llegado el momento.

Neil Young seguía sobre el pedal. La prueba fue la enérgica Just singing a song won’t change the world.

Lo mejor estaba por llegar. La ultima canción antes de los bises, Rockin’ in the free world hizo que Neil se rencontrara con sus piernas de 20 años. Más de 2h 15 que no fatigaron al artista, que reapareció para un bis más que eléctrico. Las cuerdas de la guitarra acabaron arrancadas, como una ofrenda a los dioses de la música. Los espectadores pudieron por fin abandonar el teatro al aire libre: ya habían recibido la bofetada rockera del festival de 2008. (traducción Fco. de Asís García Collado)

No hay comentarios: