29 agosto, 2009

Woodstock, Massiel y el olor del jazmín

Ningún escrito que empezara de una forma tan poética como…

La noche tiene un latido. Es a veces la caída de las guayabas en la terraza lo que revela por un instante su ritmo; o, más contundentes, los impactos de los aguacates que el viejo árbol del jardín de afuera deja caer como sobre un tambor en lo más alto de la noche. Dádivas de las que se desprende distraídamente, como lo hace un viejo señor al paso de un menesteroso. Toda la tarde estuvo trabajando el jazmín su olor, como un derviche que repite cada vez con mayor refinamiento y tensión sus giros, hasta que, al abrir la puerta de la entrada, el intrincado trabajo de la enredadera golpea la cara como un ramalazo de felicidad.

y continuara en otros de sus párrafos con hablando de…

Lugares revisitados: Massiel, 1968… …la cantante española entona el clásico de Luis Eduardo Aute: Rosas en el mar…

Me haría pensar que encontraría unas líneas como…

…Queda la interpretación de Crosby, Stills y Nash de su Suite Judy Blue Eyes (¿Cómo puedes atrapar a un gorrión?); y luego, el trío encuentra su mejor momento cuando se completa con el enorme Neil Young, de Sea of Madness y Wooden ships…

Pero sí, ese artículo existe, ha salido del teclado de Juan Palomar y lo puedes encontrar en El Informador. Un momento para gozar, sin dudarlo un segundo.

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