Muy buena grabación este World Record que nos ha regalado Neil. El tercer álbum en cuatro años con la última formación de los Crazy Horse, tras los también notables Colorado y Barn.
Todos los focos parece que apuntan a la épica Chevrolet pero en este álbum también hay gemas muy acojonantes como ese magistral The wonder won't wait o un incisivo Break the chain, por no hablar de las también notables I walk with you o The world, y las delicadas melodías marca de la casa de The long day before y This old planet.
Lo dicho, un muy buen album, con buenas y honestas composiciones y bien producido por Mr Rick Rubin, a quien Neil no se lo puso fácil, ya que este se presentó en el estudio tan solo con dos cintas, una de ellas con melodias silbadas y grabadas con un teléfono móvil mientras paseaba a sus perros, y otra cinta con la progresión de acordes y letra de esas mismas melodías interpretadas al piano, el órgano o la guitarra.
El álbum fue grabado en riguroso directo, claro está, y los únicos que conocían previamente la progresión de acordes de las canciones eran Billy y obviamente Neil. Ralph y Nils entraron al estudio sin saber nada de lo que iban a trabajar. Sobre ello, Neil comentó hace poco en una entrevista que, a Ralph no le envío las cintas previamente pues de todos modos no se iba a acordar de las canciones una vez llegados al estudio, así como que tampoco se las quiso pasar a Nils, pues de lo contrario este hubiera entrado a grabar con los temas aprendidos, arreglados y producidos en su cabeza.
El resultado ha sido, insisto, un más que notable álbum, que demuestra que Young sigue en la brecha, y no se ha acomodado o directamente retirado como otros de su generación, pues hay que recordar que ha cumplido 77 primaveras, y toca con dos tipos que van a cumplir los 80, y un jovencito de 71 años.
El viejo se resiste a oxidarse y prueba de ello es este fantástico World Record, aunque algunas voces insistan en criticar el álbum (y los dos anteriores) afirmando que este caballo ya no galopa como antaño.
Pues claro que no, que obsesión cansina tienen algunos por comparar. Este caballo es este caballo y, no tiene nada que ver con otros anteriores, excepto en una cosa, que el motor de sus interpretaciones sigue siendo el corazón.
Nos puede gustar mas o menos "el galope" de una formación u otra de Crazy Horse (por cierto esta es la décima configuración diferente en 54 años), pero eso no nos autoriza a afirmar categóricamente, como hacen algunas plumas y plumillas del panorama periodístico, que este álbum sea peor o mejor por ese simple hecho, sin entrar a valorar más aspectos.
Es absurdo abordar la critica de este álbum (y los dos anteriores) en comparación a álbumes que tienen ya 30 años interpretados por caballos con otros jinetes. Me parece un error seguir comparando cada lanzamiento de estos últimos Crazy Horse con "el galope" de Ragged Glory o Weld, ni está Poncho, ni sus integrantes cumplen precisamente los cuarenta y tantos.
World record son los Crazy Horse de aquí y de ahora, acompañando al Neil Young de aquí y de ahora, y es un estupendo álbum.
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