Eso se lo dijo a Geir Moulson, un periodista de la Associated Press, en Berlín
El mensaje fue un montón pesimista. Te resumo:
- La música ha perdido su poder para cambiar el mundo.
- Pienso que el tiempo en el que la música podía cambiar el mundo ha pasado.
- Sería muy ingenuo pensar así en estos tiempos.
- El mundo hoy es un lugar diferente, es hora para la ciencia y que la física y la espiritualidad hagan un mundo diferente y para tratar de salvar el planeta.
Bueno, bueno.
Mira Neil... A mí (y a más gente, imagino) me has dejado algo descolocado.
Si yo, que soy un neardenthal todavía, que creí en el mensaje hippy de los 60's y que dejé que la música me impregnara nada más que de buenos sentimientos a lo largo de TODA mi vida, estuviera totalmente de acuerdo contigo, sacaba toda mi colección a la puerta de mi casa y los vendía a 50 céntimos. Los tuyos... los regalaba.
Pero no. Eso no va a pasar porque yo creo que en realidad lo que ha pasado es que se te ha olvidado matizar.
Lo que la música no puede hace es... cambiar el mundo ELLA SOLA, como se llegó a pensar en algún momento. La música amansa a las fieras, pero no convierte a un mulo en un canario. Milagros no hace. Y por desgracia, el mundo está cada día necesitado de más milagros.
Te resumo brevemente un par de ideas.
Los gobernantes nos han llevado a una situación donde comprar, gastar dinero es fundamental (eso dicen) para la sociedad del bienestar.
Si no tienes cosas, no eres nada. Por no ser, no eres ni feliz, ni lo podrás ser nunca. Nos han jodido.
Pero la realidad es bien distinta, porque a la vista está, el tener muchas cosas no te da ninguna felicidad (sobre todo cuando "tus cosas" pasan de moda y debes procurarte otras "nuevas" periódicamente).
La felicidad está en tu cabeza, y debe salir de ella. Lo único que te puede producir felicidad son tus ideas y tus sentimientos, y las sensaciones que producen en ti las ideas y sentimientos de las demás personas.
Y mira Neil, la música no es el Elixir de la Felicidad, pero ayuda a conseguirla. Sirve para cultivar esas ideas y sentimientos de los que te hablo, y para mí, eso ya es suficiente.
Y si tú estás en horas bajas, tómate una copita de fino de Jerez con unas tapitas de jamón de Jabugo (de bellota, hay que cuidar el colesterol) y ya verás como cambias de opinión.
Y si no... Bueno... Si no... no hay más remedio que guardar las guitarras en sus cajas y marcharse al rancho a cuidar de los búfalos. Lo sé, es duro (si yo no fuera tan machote, se me caerían dos lágrimones) pero ¿qué quieres?
Yo necesito creer en la Música
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