Me he tomado la libertad de extraer unas cuantas ideas del último artículo de El Mundano, de Adrian Vogel, en la revista digital Efe Eme, titulado "Así están las cosas. El círculo vicioso" (ir al artículo).
Me puedes decir que he sacado las cosas de contexto y que así... claro... Pero es que las cosas son así. Eso es lo que yo veo cuando leo el artículo,. Y es lo que aquí te quiero comentar. Verás...
Algo que debería ser un medio (un avance, una muestra) se convierte en un fin y ¡como no! se montan negocios saca-dineros en su alrededor.
En fin, la vida es despiadada a veces, y si tú te empeñas en pagar... pues... tú mismo.
Queda claro que es muy diferente grabar canciones en un estudio con ayuda del padrino y sus amiguetes, que ponerse delante de varias miles de personas y llegar plenamente a ellas con la sola ayuda de tus manos y tu voz. Eso solo puede hacerlo un músico de verdad. Y vender galletas de plástico con música no implica que ya uno es músico.
Lo que está por ver si los que vamos a esos concierto pagando, tenemos siempre que apostar por grandes "eventos multimedia" con macro-escenarios que se convierten al final en un circo o también disfrutamos por cosas sencillas en lugares sencillos donde se va a escuchar y a poco más. Porque en función de esto, podrás tomar distintos caminos en la siguiente y última afirmación.
Hay espectadores y espectadores. Es posible que un espectador busque el circo: 9 escenarios para no estar en ninguno, 4 carpas de pum-chim, un taller de estética casposa, otro de chacarrá (un baile), dos camas elástica y un columpio; y si eso es lo que busca, sin duda estará dispuesto a pagar por todo eso.
Pero hay otros espectadores que el circo nos las deja f... Es más, hasta nos molesta. Cuando vamos a disfrutar de un CONCIERTO, nos gusta OÍR EL CONCIERTO. Nos molesta el pumchim de fondo de la carpa 3, el trasiego de gente de una chorrada a otra que tiene que pasar por delante tuya, el periquito y la periquita que hablan de otros periquitos a gritos a tu lado... en fin, lo dicho, que NOS MOLESTA EL CIRCO.
A lo mejor me equivoco pero son muchos los festivales y "macro-conciertos" y pocos, muy pocos, los conciertos auténticos.
No sé. Tengo la impresión que la mayoría de los promotores toman el camino más corto: yo te monto el circo, los promotores me dan dinero y tú lo pagas.
Y yo me pregunto... ¿es que los promotores nos ven a todos del mismo color? A lo mejor piensan que siempre estaré dispuesto a pagar una pasta porque me encierren en un cercado y luego me "inviten" a buscarme la vida dentro.
Ya va siendo de hora de evolucionar. A mí me gusta ser tratado como una persona al entrar y al salir, me gusta disfrutar de lo que ocurre en el escenario sin tener que asesinar a nadie de mi alrededor, y me gusta llegar a casa con la sensación de haber presenciado una obra de arte (mejor o peor, indiscutiblemente, pero arte). Y eso es muy difícil (o si me apuras, no plenamente) cuando tengo la sensación de ser parte de un rebaño dentro de una alambrada. Yo necesito crear lazos entre el artista y su obra y yo. Y para eso, hace falta un punto de concentración y conseguirla cuando los estímulos te vienen por mil sitios diferentes... pues casi imposible.
Y que conste que yo iría a escuchar a Neil al mismo infierno si no hay otra cosa. Pero también me gusta alguna que otra exquisitez de vez en cuando.
Resumiendo. Ojo con los precios de las entradas. Conciertos sí, pero no a cualquier precio.
Si quieren cobrar, no se escuden en el caché del músico. Devuelvan servicios y calidad en la organización. Y no confundan festivales y conciertos que no todo vale igual.
Me puedes decir que he sacado las cosas de contexto y que así... claro... Pero es que las cosas son así. Eso es lo que yo veo cuando leo el artículo,. Y es lo que aquí te quiero comentar. Verás...
La accesibilidad y portabilidad de la música “enlatada” ha significado una merma en la calidad de reproducción del sonido.
Que estos dos primeros párrafos son ciertos lo corrobora el auge de los sonidos comprimidos en MP3 y los vídeos en MP4. El auge de las webs que lo difunden (¡ojo! que los difunde, no que los utiliza) creo que lo demuestra.Esto no parece importarle a la gente joven de hoy en día. Quienes prefieren la cantidad sobre la calidad.
Algo que debería ser un medio (un avance, una muestra) se convierte en un fin y ¡como no! se montan negocios saca-dineros en su alrededor.
En fin, la vida es despiadada a veces, y si tú te empeñas en pagar... pues... tú mismo.
¿Pero qué ha pasado este verano? Podríamos decir que los grandes triunfadores han sido los veteranos.
A los dos párrafos anteriores no les hace falta ninguna demostración. La cosa ha sido tan evidente...Repasando las críticas de los festivales del verano, hay unanimidad en que los triunfadores se encuentran entre un puñado de artistas que son Neil Young, Springsteen, The Police, Dylan y Leonard Cohen...
De cajón. Y de nostalgia... nada (por lo menos en lo que a nosotros los playeros respecta). A mí lo único que me gustaría añadir es que quien tuvo y además trabajó día a día, año tras año en lo suyo, no solo retuvo sino que además mejoró. Ya te imaginas de quién hablo ¿no? (empieza por N).¿Qué está sucediendo para que la nostalgia se lo esté llevando crudo? Ya sabemos aquello de quien tuvo retuvo.
Con el párrafo este no puedo estar más de acuerdo. Pienso que esa es la causa de el "alto porcentaje de volatibilidad" existente en el panorama musical. Grupos y personas que lo mismo reciben discos de oro que pasado mañana están desaparecidos del mapa.Siendo los directos, como siempre, la mejor forma de conocer la valía real de los nuevos aspirantes al Olimpo...
Queda claro que es muy diferente grabar canciones en un estudio con ayuda del padrino y sus amiguetes, que ponerse delante de varias miles de personas y llegar plenamente a ellas con la sola ayuda de tus manos y tu voz. Eso solo puede hacerlo un músico de verdad. Y vender galletas de plástico con música no implica que ya uno es músico.
¿Que esperas? Ni que fueran una ONG. Ellos están para ganar dinero, no engañan a nadie por eso.Mientras que los promotores y organizadores de conciertos y festivales, apostando sobre seguro, pujan por los grandes nombres...
Lo que está por ver si los que vamos a esos concierto pagando, tenemos siempre que apostar por grandes "eventos multimedia" con macro-escenarios que se convierten al final en un circo o también disfrutamos por cosas sencillas en lugares sencillos donde se va a escuchar y a poco más. Porque en función de esto, podrás tomar distintos caminos en la siguiente y última afirmación.
Aquí es donde al final, nos tocan el bolsillo. Y ahora es cuando hay que demostrar lo que cada uno es.Elevando el precio de las entradas...
Hay espectadores y espectadores. Es posible que un espectador busque el circo: 9 escenarios para no estar en ninguno, 4 carpas de pum-chim, un taller de estética casposa, otro de chacarrá (un baile), dos camas elástica y un columpio; y si eso es lo que busca, sin duda estará dispuesto a pagar por todo eso.
Pero hay otros espectadores que el circo nos las deja f... Es más, hasta nos molesta. Cuando vamos a disfrutar de un CONCIERTO, nos gusta OÍR EL CONCIERTO. Nos molesta el pumchim de fondo de la carpa 3, el trasiego de gente de una chorrada a otra que tiene que pasar por delante tuya, el periquito y la periquita que hablan de otros periquitos a gritos a tu lado... en fin, lo dicho, que NOS MOLESTA EL CIRCO.
A lo mejor me equivoco pero son muchos los festivales y "macro-conciertos" y pocos, muy pocos, los conciertos auténticos.
No sé. Tengo la impresión que la mayoría de los promotores toman el camino más corto: yo te monto el circo, los promotores me dan dinero y tú lo pagas.
Y yo me pregunto... ¿es que los promotores nos ven a todos del mismo color? A lo mejor piensan que siempre estaré dispuesto a pagar una pasta porque me encierren en un cercado y luego me "inviten" a buscarme la vida dentro.
Ya va siendo de hora de evolucionar. A mí me gusta ser tratado como una persona al entrar y al salir, me gusta disfrutar de lo que ocurre en el escenario sin tener que asesinar a nadie de mi alrededor, y me gusta llegar a casa con la sensación de haber presenciado una obra de arte (mejor o peor, indiscutiblemente, pero arte). Y eso es muy difícil (o si me apuras, no plenamente) cuando tengo la sensación de ser parte de un rebaño dentro de una alambrada. Yo necesito crear lazos entre el artista y su obra y yo. Y para eso, hace falta un punto de concentración y conseguirla cuando los estímulos te vienen por mil sitios diferentes... pues casi imposible.
Y que conste que yo iría a escuchar a Neil al mismo infierno si no hay otra cosa. Pero también me gusta alguna que otra exquisitez de vez en cuando.
Resumiendo. Ojo con los precios de las entradas. Conciertos sí, pero no a cualquier precio.
Si quieren cobrar, no se escuden en el caché del músico. Devuelvan servicios y calidad en la organización. Y no confundan festivales y conciertos que no todo vale igual.
6 comentarios:
Varias precisiones y por partes.En principio yo también iría a ver a Neil alli donde me convoque.Como ya os he dicho estoy entregado.
En cuanto a los grandes triunfadores, maticemos, habría que distinguir entre apariciones alimenticias (Police, Dylan....) y las que aportan (en argot bancario)valor añadido: presentación de un nuevo trabajo por poner solo un ejemplo.
En lo referente a la volatilidad de los artistas....ya hice alusión en una entrada con motivo de Sleeps with Angels. No creo que haya artista que se pueda comparar con Neil en cuanto a vigencia de su trayectoria por creatividad y compromiso con el tiempo que le haya tocado vivir en cada momento a lo largo de su peripecia musical. Otra cosa:
A mí tampoco me gusta el circo. Me desagradó profundamente el ambiente del Rock In Rio, con gente que no era de la partida ni por presencia ni actitud, que no sabían siquiera quien actuaba y cuyo único mérito para estar allí era el haber conseguido gratis entradas gracias al sponsor de turno (por ejemplo Teléfonica) con un claro agravio comparativo para los que habíamos pasado por taquilla en busca de algo que realmente nos interesaba. Además me estuve preguntando durante bastante rato y bastantes veces qué hacía yo allí tragándome la ramplonería repetitiva y pseudo-poética de un fulano que con toda razón y justicia no podía ser más que el último de la fila.
Y llegamos a los precios.Es difícil ajustar. Grand Rex fueron 135.- €, Rock in Rio fueron 65.- € y Colmar 46.- €. Por "cercanía" y "entrega" me quedo con el más barato; el más cómodo fue el más caro(cubierto, descanso, cómodas butacas..) pero allí Neil estuvo en plan.... divo? ( las canciones estan decididas de antemano y no se aceptarán peticiones de los asistentes al evento, más o menos)
:quizá el entorno se prestaba a algo así, quizá mi apreciación a posteriori se deba a que tuve la fortuna de verlo en más ocasiones.
Desde luego totalmente de acuerdo en que recibamos un trato acorde con lo que pagamos, si en otros ámbitos lo exigimos por qué no hacerlo en el rock?
Muy bueno, Antonio. Nunca lo podría haber expresado mejor.
Salud y birras.
Antonio, como siempre coincido contigo al ciento por ciento.
Sí, ya lo dije en su día, el circo de Rock in Rio era odioso.
Me dolió en el alma que cuando Diós tocó "Oh lonesome me", se oyera de fondo el "chunda-chunda" de la carpa de Pachá Ibiza, creo que eran. Una canción que me emociona tanto y ese insultante "background" sonoro.
Había gente allí que ni sabían quien era Neil Young...
Respeto todos los gustos, pero Manolo Garcia, fué horrible. Sus letras pseudo poéticas, llenas de figuras retóricas super manidas. Esos gorgoritos que hacía. La "bailarina". El exceso de músicos e instrumentos...en fin, que lejos queda lo del último de la fila. Y a mí al principio me gustaron (pretérito perfecto).
The Police. Otro de los grupos que seguí en mi adolescencia. Se les acusa de volver por dinero. Bueno, puede ser, pero creo que le han hecho un favor a las nuevas generaciones. Así pudieron ver como sólo tres tios llenaban un escenario y como se tocaba bien y con música de calidad, aunque comercial.
A lo que nunca asistiré es un concierto que sea gratis, pues la llegada de memos entre el público está garantizada y si te gusta el artista, lo único que puede pasar es que te amarguen la noche.
Lo diré una vez mas, a pesar del circo, no olvidaré ese dia. Tuve la suerte de ponerme en primera fila y de estar rodeado de rusties.
Para la gente joven fue una lección. Sí, el rock no lo inventó ni U2, ni Metallica, etc.. Sí, habian un motón de abuelos en el escenario que tocaban como los ángeles y que tenían el rock´n´roll en los huesos.
Lo único que eché a faltar fueron varias canciones, pero todo no se puede pedir.
Después de muchos, muchos malos años para la música y el rock en particular, a pesar de todo, espero que tengamos cada vez mas música en directo, en festivales o "music mall´s". En el escenario se ve quien es cada cual.
Sin duda los triunfadores de este verano han sido los veteranos, del tío a Neil o a los Pistols pasando por Stranglers o Morrissey. Pero los motivos también hay que buscarlo en el inicio del texto. La tecnología ha dado acceso rápido (y en la mayoría de los casos gratuito) a la música. El Mp3 suena peor pero gracias e él (y a eMule) la gente tiene libre acceso a la información Al mismo tiempo, hay más música que nunca porque es más barata hacerla, grabarla y difundirla. Y porque, esto es una opinión personal, hay más afición que nunca. Esto significa que los grupos tienen posibilidad de llegar a más gente pero para la gente es más difícil concentrarse en un grupo, puesto que los oyen a todos. No hay unanimidad, los gustos están atomizados, ergo hay pocos grupos de ahora capaces de ser cabezas de cartel. Pasa como en la sociedad, que consumimos por la pulsión e consumir, no por necesidad. Es fast music. Los tiempos han cambiado. Y los festivales es el mismo rollo. Yo hablé con Roberta Medina para un reportaje sobre festivales y me reconoció que lo suyo no era música, que iba más allá, que era un evento para toda la familia. Los otros, FIB, Summer, cualquiera, tampoco son música. Son acontecimientos en los que beber, drogarse y relacionarse con una excusa musical. Por eso hace tiempo que yo no pago por ir a un festival. Trato de pasar por la patilla y, si no, pues nada. A mí me gustan los conciertos en bares y salas. Eso es música. Pero, ojo, que también se están pasando con el precio. Y lo están pagando: hay muchos conciertos que empiezar a flojear de público (por no hablar de los precios de las cervezas).
Acabo contestando a Paco. ¿Te pareció divo Neil en París? Yo estuve el 14 y me pareció que estaba entregado, simpático, coñón, dispuesto. Para mí ese concierto ( y mira que me venía mal pagar esa pasta) fue impagable. Aún se me pone la piel de gallina al recordar "Ambulance Blues".
Saludos, playeros.
Lo de divo iba con una interrogación (podríamos cambiar por frío o distante?)y acompañado de una reflexión relativa a la oportunidad de verle en otras actuaciones a "posteriori".Por comparación con Colmar en mi caso.Y sobre todo dentro del contexto "precio":no siempre el concierto más caro es el mejor. Desde Madrid 1987 no le había vuelto a ver y si no hubiera tenido las ocasiones posteriores de repetir me hubiera parecido el concierto más maravilloso del mundo, impagable como a tí.Ni una pega que oponer, iba y estaba entregado (Neil no es Van).No te puedes hacer idea con la ansiedad que esperé el viaje y la fecha. Yo estuve el 15, y no pude reprimir en algunos momentos la emoción,que hubiera sido más intensa si cabe si hubiera tenido la suerte de disfrutar como tú de Like a Hurricane; después de mucho, mucho tiempo tenía la fortuna de volver a verle.
Son apreciaciones que no me impedirán repetir si tengo la más mínima oportunidad, será pagando (no tengo acceso a lo de la patilla) y en donde sea si no hay otra oportunidad.Como ya he dicho en alguna otra ocasión, no me ha defraudado las veces que le he visto.
Para hacerte una idea, un dato:antes de saber que Neil tocaría en el Rock in Rio, ya había sacado entradas para ver a Springsteen en París el 27 de junio ( 64.- €), ni qué decir que preferí volver a ver a Neil en Madrid el mismo día que Bruce tocaba allí.
No me debió parecer demasiado divo....
Salud para la opciónb y toda la playa.
Entendido, Paco. Es un placer hablar en esta playa, de tumbona a tumbona.
Salud.
Pedro.
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