Un playero extraviado. Crónica apresurada de dos días de vértigo.

Perdón a toda la peña. Prometo a mi regreso poner a vuestra disposición las fotos y los videoclips que tomé y sobre todo esos dos conciertazos ÍNTEGROS que un tal Bossano me ha pasado. Ahora mismo estoy en una biblioteca municipal de un pueblo de la sierra de Teruel, de 400 habitantes (compitiendo por la red con un par de chavales que juegan al lado mío), sin apenas señal telefónica, haciendo los preparativos para irme el lunes hacia León (gallegos, id preparando el albariño que llegaré pronto).

Por lo pronto, decirte que si el concierto de Barcelona fue fantástico, el de Donostia estuvo fuera de lo normal. Más adaptado a mis preferencias, a mis gustos.
La entrega del público en Barna fue total. Neil Young llegó a tocar de rodillas ante Chad Cromwell. El Cortez fue algo que rozó los sobrenatural y los riffs del ADITL final... para morir.
Sin embargo, la entrega de Neil Young en Donostia fue algo que se notó. El Hey Hey fue demoledor, y el DBTR fue algo que... casi me saca del pabellón.

Neil en Barcelona estuvo desconocido. Incluso comunicativo y simpático para lo que es normal en él. Coreó el oe-oe del público, saludó cariñosamente a Ben tras el AYRFTC?, hizo un remedo de ola ante el personal, jaleó a los hinchas del FC Barcelona...
Pero también estuvo desconocido en Donostia. También hizo la ola, rió en varias ocasiones, bromeó con Larry a cuenta del afinado de la Martin y presentó uno a uno a todos los componentes de la banda, amén de algún que otro comentario.

De todo ello ya hablaré en otro momento cuando tenga mis recuerdos asentados y en frío (y los pueda acompañar de algunas fotos).
Ahora solo me gustaría hablarte de esa otra gran experiencia de estos conciertos que ha sido reunirme con un montón de playeros y playeras, algunos conocidos y otros no tanto, que me ha permitido comprobar que la gente que frecuenta esta playa es realmente gente de calidad. De verdad que si esos conciertos no hubieran existido, creo que me hubiera perdido algo que no tiene precio y que justificaría por sí solo hacer el viaje.
En Barcelona fuimos más de veinte creo (y eso que un par de catetos se perdieron por el Metro :-). En Donostia fuimos menos, pero no por eso menos interesantes (¡Alvaro.... un abrazo, tío!).
Ya te pondré aquí sus caras porque si te cruzas con alguno, no lo dejes pasar.
Yo lo tengo claro...

EL AÑO QUE VIENE, REUNIÓN EN LA PLAYA

Y he bromeado con eso de que... siempre y cuando Neil nos lo fastidie viniendo a tocar y esas cosas, claro.

Nota 1: hay quién me aseguró que el día 1, Neil saldría a pescar en bote por los alrededores de Donostia, así que me subí al monte Urgull y estuve vigilante todo el día. Pero nada, no hubo suerte. Supongo que lo haría muy bien camuflado. Otra vez será.

Nota 2: Pepe, los pinchos bien gracias. El Juancho, de muerte.

Nota 3: Mª Ángeles, ya sé lo que es un "gua-gua".