27 enero, 2013

Grant Boatwright R.I.P.

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Recientemente pasó a mejor vida el viejo amigo de Neil, Grant Boatwright alias Mouse, se le recuerda por su actuación, coros y guitarras en Heart of Gold, la legendaria película dirigida por Jonathan Demme en la que Neil Young y su banda grabaron una actuación en el Ryman Auditorium de Nashville.

Asi mismo Grant, es el único en tocar una guitarra electrica en la película ya que el set es puramente acústico, y toca nada menos que la Old Black en la canción “No Wonder”.

Músico de sesión de la escena de Nashville, no sería este su primer encuentro con Neil, como bien nos recuerda Bernie B. Shakey en Rusties, ya que al parecer Grant Boatwright intermedió en la adquisición de  la mítica Martin D-28 (1941) que fue de Hank Williams y asi cuenta se cuenta la historia:

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Esta foto circa 1974, representa a Grant Boatwright junto con Neil y Tut Taylor  y en la puerta de la tienda de Tut, en las fechas en las que mas o menos se cerró el acuerdo.  Al parecer Tut Taylor regentaba dicha tienda de música e instrumentos en Nashville y junto a ella había una tienda de armas.
Tut pidió a su colega de la tienda de armas que le avisara si recibía algún material interesante y un día este le avisó. Al parecer Hank Williams Jr había estado por allí, cambiando una de las Martin que pertenecieron a su padre por un par de escopetas. Tut pasó por allí comprando la guitarra inmediatamente.
Como Grant era coleccionista de Martins antiguas, Neil le contactó para que le buscara una y es así como Grant puso en contacto a Neil y Tut y así lo cuenta Tut Taylor:
Un día estábamos en la tienda cuando vimos aparecer ese inmenso y extraño autobús en el aparcamiento. De ahí salieron Grant y Neil preguntando por la guitarra de Hank, se la mostré, Neil la cogió y toco un par de acordes, uno de ellos un buen E de country y en cuanto los escuchó, sus ojos se salieron de las órbitas y dijo: “Esta guitarra, tiene alma” y no estaba equivocado, la guitarra tenía alma.


Descansa en paz Grant.

1 comentario:

Ramonet dijo...

Interesante historia la de la Martin. De todas formas, descanse en paz el bueno de Grant.