09 julio, 2024

La gran ocasión: para mí todavía no se ha acabado...

El año del caballo (1997, Jim Jarmusch).
La única reseña en el apartado de 'Curiosidades' que aparece en IMDB es:
Roger Ebert la elige como la peor película de 1997.
Roger Ebert fue crítico de cine del Chicago Sun-Times desde 1967 hasta su muerte en 2013. En 1975, ganó el Premio Pulitzer a la crítica distinguida.

En la película, Jarmusch entra en resonancia armónica con NY&CH y el momento que todos están viviendo.
No es un documental al uso y las entrevistas tienen lugar en el cuarto de la lavadora, que aparece al fondo del encuadre. Por si esta declaración de intenciones no quedara clara, en un mommento dado, Neil confiesa que su mayor deseo en este año del caballo es que no se muera nadie más entre disco y disco.

Y pasa lo que tenía que pasar, que Ebert no sintoniza con la esencia aunque su crítica del 17 de octubre de 1997 tiene momentos de lucidez:
  • La película, dirigida por Jim Jarmusch, sigue una gira de conciertos de 1996 e intercala imágenes de las giras de 1986 y 1976. Todo está rodado en turbios tonos tierra, en película granulada Super 8, vídeo Hi Fi 8 y 16 mm. Si buscas el origen del look grunge, no busques más: Young, con sus camisas de cuadros y sus bermudas holgadas, parece un leñador fracasado. Sus compañeros de formación, Billy Talbot, Poncho Sampedro y Ralph Molina, desprenden unas vibraciones que aterrorizarían a cualquier dependiente de supermercado desarmado.
  • No se trata de un documental sobre el terreno. Las entrevistas de Jarmusch tienen lugar en una lavandería, donde los miembros de la banda y el padre de Young se sientan en una silla recta y meditan sobre el largo y solitario camino de la banda. Young reflexiona sobre "el rastro de destrucción que he dejado tras de mí", y se hace una solemne mención a los miembros de la banda que ya no están ("Neil comenta que caían como moscas").
  • Más adelante en la película, el propio Jarmusch aparece en cámara, leyendo a Young el Antiguo Testamento, un libro con el que el músico parece no estar familiarizado. Jarmusch lee las partes en las que un Dios enfadado le dice a su pueblo cómo lo castigará, y Young parece como si las tribulaciones de Dios no fueran nada por lo que no haya pasado más de una vez.
La película está plagada de buenos momentos, más cuando en la sala de cine se aplican y cumplen lo que pone al comienzo: ¡Volumen a tope!

Créditos de inicio

Y, precisamente, uno de esos grandes momentos de este acta notarial del universo NY&CH en 1996 es 'Big Time'.


Big Time - Year of the horse (1997, Jim Jarmusch)


Big time


Gonna leave the pain behind
Gonna leave the fools in line
Gonna take the magic potion
Gettin' in an old black car
Gonna take a ride so far
To the land of sun tan lotion
Gonna take it state by state
Til I hit the golden gate
Get my feet wet in the ocean


I'm still livin' the dream we had,
For me it's not over...


Walkin on the bridge one day
Lookin out across the bay
I saw a rippling in the water
Once a big ship had passed
I borrowed a traveller's glass
And focused on
the ocean's daughter
Kind of like a wave confused
Dancing in the sunset hues
She waved to me
and called me over


I'm still livin' the dream we had,
For me it's not over...


Talkin' bout a friend of mine
Talkin' bout a gold mine
Richest vein in any mountain
Talkin' bout the enemy
Inside of me
Talkin' bout
that youthful fountain
Talkin' bout you and me
Talkin' bout eternity
Talkin' bout the big time


I'm still livin' the dream we had,
For me it's not over...

La gran ocasión


Vamos a dejar las penas atrás,
vamos a dejar a los tontos en la cola,
vamos a tomar la poción mágica,
a meternos en el viejo coche negro
e ir muy lejos,
hasta la tierra de la crema bronceadora.
La tomaremos estado por estado
hasta tocar el Golden Gate
y remojar mis pies en el océano.


Aún sigo viviendo en el sueño que tuvimos,
para mí todavía no se ha acabado...


Un día caminaba por el puente
contemplando la bahía
cuando vi una estela sobre el agua:
un gran barco había pasado.
Le pedí los prismáticos a un turista
y los enfoqué sobre
la hija del océano:
algo como una ola desdibujada
bailaba en los colores del atardecer.
Ella me saludó
y me llamó.


Aún sigo viviendo en el sueño que tuvimos,
para mí todavía no se ha acabado...


Hablo de un amigo mío.
Hablo de una mina de oro,
la veta más rica en montaña alguna.
Hablo del enemigo
que hay en mi interior.
Hablo
de aquella fuente de juventud.
Hablo de ti y de mí.
Hablo de la eternidad.
Hablo de la gran ocasión.


Aún sigo viviendo en el sueño que tuvimos,
para mí todavía no se ha acabado...

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