Amanece un domingo precioso y casi con las últimas notas de A Day In The Life sonando en mi cabeza, me subo a un autobús. Aun no me lo creo: dos conciertos en dos días. Parece increíble, pero es verdad. Esta noche volveré a presenciar otro concierto como el que anoche presenciamos todos en el Forum de Barcelona, solo que ahora, el escenario va a ser el Estadio de Anoeta de San Sebastián.
Otros playeros también van de camino. Pepe, Ángeles & Family (Julia y David, unos chicos majos de verdad) ya deben de ir por la autopista; Debby ha elegido el tren y Miguel… ni idea, pero va.
Allí nos encontraremos con otros playeros, algunos conocidos como Tito, y otros aun sin rostro, como Xan y David. No hay duda que los playeros estaremos arropados.
El maldito autobús parece la diligencia esa de la película de John Wayne, ni dormir te deja. Los únicos diez minutos de tranquilidad son los que nos concedieron para comernos un bocata de tortilla en no-sé-qué-sitio de no-sé-qué-pueblo. Al menos, un colega me ha pasado una grabación de anoche y puedo darle un par de repasos al concierto de Neil en el Forum, lo que me hace mucho más llevaderas las largas horas subidos en esta cafetera. Llego con un palizón encima, pero el fin lo vale. Donostia está de dulce. Da gusto pasear por su calles (aunque vaya cargado con el equipaje)
Lo que no vale un céntimo es el alojamiento, pero total, van a ser un par de noches y con suerte, estaré tan cansado que seguro que cierro los ojos al segundo.
Allí me encuentro a Tito, que está aquí desde esta mañana. Me cuenta su odisea por los alrededores del Anoeta y por si hacen lo mismo que en Barcelona, fotografío su entrada, no vaya a ser que se queden con ella.
Pepe y Ángeles ya se han dado su baño de Neil nada más llegar. Pepe incluso ha tenido tiempo de salir de cacería por los alrededores del hotel donde se aloja Neil y la trouppe, y ha conseguido buenos trofeos, como esa foto con el señor Br.. Roberts, Roberts :-(ejem) y ¡ese saludo! de Pegi. Como este Pepe no hay dos.
Yo necesito descansar un poco, así que quedo con ellos en el Txaparta para dar un paseo por los alrededores.
Comprobamos con cierto mosqueo que la taquilla permanece cerrada (son las seis de la tarde más o menos), así que Pepe, muy diligente, entra en el estadio y busca al responsable. No sé qué le diría pero a los 5 minutos, estaban los carteles pegados y la taquilla abierta.
A nosotros nos vino de perlas. En primer lugar, me hago con mi entrada, porque yo la había comprado en la web y siempre te queda ese recelo de lo virtual. Y en segundo lugar ¿ves los carteles esos “pequeñitos” que hay a los lados de la taquilla?
Pues mira el camino que cogieron tres de ellos. Ahora están en Cataluña, en New York y Andalucía. Cosas de playeros, rusties y otra gente de mal vivir que había por allí.
Regresamos a nuestro cuartel general con nuestros trofeos dispuestos a esperar la hora de entrar. Allí ya van apareciendo gente con pinta de playeros.Naturalmente, además de Pepe, Ángeles, están…
Julia y David
Tito
Xan
Pello
David
Iñaki
Álvaro y su novia (¡Un abrazooooo!). Y…
… naturalmente Debby, que ha viajado desde New York con la única finalidad de asistir a ambos conciertos. Aquí la tienes firmando de nuevo, ahora en la parte vasca de la banderola, sobre una mesa improvisada. Algunos se llevan una agradable sorpresa cuando les paso el boot de Jerez/2001 que Josep ha grabado para ellos.
A una hora prudente, asentamos nuestros reales en la cola, que aunque es larga, a la hora de entrar se mueve con rapidez.
A lo largo de ella se ven diferentes especies de playeros, ataviados con sus colores de guerra.
Incluso algunas verdaderamente fashion,como esta de aquí.
Nuestra intención era tomar algo antes de entrar, pero el estadio se está llenando poco a poco, así que tomamos posición en primera línea, como siempre. Nuestra banderola se salta la barrera de protección e incluso llama la atención de algún que otro reportero gráfico, lo que nos hace más felices aun.
Pero pronto nos concentramos en lo que tenemos que estar concentrados. Esta vez nos hemos colocado en la esquina derecha, lejos de Woody, pero cerca del piano y de la entrada al escenario.
Desde aquí vemos como Anthony Crawford y Larry Crag supervisan la instalación del instrumental. Este concierto trae una novedad. Sobre la curiosa columna esa de elementos giratorios, el Magnatone, parece que han colocado un busto de Mr. Crag iluminado con un foco, ¿será para mantener a raya a alguna guitarra traviesa?
En un momento dado, el rumor de las personas que llenaban el estadio empezó a subir de volumen y de forma tranquila, Neil y su banda aparecen sobre las tablas y ¡¡¡¡da comienzo el concierto!!!!
Los sones vivos de Mansion On The Hill son los primeros en llegar a nuestros oídos. Ninguna sorpresa, claro, pero a nosotros nos sirve para entrar en calor. El sonido parece que es bueno (¿mejor que en Barcelona?), aunque noto la voz de Neil algo baja en relación al resto de instrumentos, sobre todo las guitarras, pero que c…, Neil está muy cerca y la música nos envuelve sin piedad.
Algo más de cinco minutos después suena en el recinto unos familiares acordes y casi como si de un coro se tratara de nuestras gargantas salió el grito de guerra: HEY HEY MY MY. La gente saltaba y coreaba la letra sin parar, mientras la batería de Cromwell machacaba el ritmo con fuerza.
Tras ella vino ETKIN, traída desde el pasado pero que aquí sonó casi como el primer día, con mucha fuerza y sonoridad.
Pocahontas ocupó el sitio siguiente en Anoeta. La verdad es que no me canso de escuchar esta versión eléctrica. La cosa sigue en subiendo.
Y aun subió más cuando el recinto se llenó de Spirit Road. Neil le puso coraje al tema y cantó con emoción, con más intensidad que ayer.
Nosotros se lo agradecimos. Y todavía más cuando nos dimos cuenta que lo que sonaba era parte de Cortez… Casi todos nos quedamos casi en silencio, o por lo menos a mí me lo pareció, como si de verdad algo siniestro se nos acercara. Yo no te sé explicar de dónde saco yo esta impresión, pero después de haber escuchado miles (¿millones?) de veces estas notas, todavía siento como si ésta fuera la única vez que suena. Y a los demás debe pasarles algo parecido porque se aprecia como la electricidad que desprende los dedos de Neil sobre la Old Black arrastra al personal como si de un todo homogéneo se tratara, subiendo y bajando el murmullo de sus voces al unísono.
No está nada mal el arranque, nada mal. Nosotros estamos ya en el cielo cuando Neil nos arroja la música de Cinnamon Girl. En el fondo se lo agradecemos, porque representa un descanso para nosotros. El ritmo ligero y pegadizo de este tema nos descarga de la ola de sentimientos anteriores, como si de un proceso de renovación se tratara, preparándonos para el siguiente set.
El siguiente tramo del concierto empieza de forma pausada (afortunadamente). La notas del órgano de fuelle que está situado en la parte de atrás del escenario nos anuncia que Mother Hearth ha llegado.
Pero tras este pequeño respiro, suena en Donostia la Martin para componer el puzzle de The Needle and the Damage Done de una forma limpia y magistral.
Y casi sin darnos tiempo a respirar comienza Goin’ Back, una de las novedades de Donostia, que se estrena aquí en el presente Tour, y que yo tengo el inmenso placer de escuchar por vez primera en vivo. Este es un tema, procedente del Comes a Time, de 1978, aunque en aquella ocasión fueron los Crazy Horse los encargados de acompañar a Young.
Larry Cragg recibe aquí una pequeña ración del cariño de los que estábamos allí, y Neil parece aprovecha el momento para presentar a la banda: al polifacético Anthony Crawford, a su amada esposa Pegi Young, al batería de Nasville Chad Cromwell, al bajista Rick Rosas y a su viejo amigo Ben Keith.
Acto seguido, Ben ocupa su sitio junto a su instrumento y suenan Unknow Legend. La parte más country de la cita ha comenzado con este delicado tema sobre una misteriosa rubia que antes conducía una Harley por el desierto y que con el paso del tiempo, las dos ruedas se convierten en dos criaturitas a su cargo. Los tiempos cambian, qué le vamos a hacer.
El tema siguiente, Heart Of Gold, levanta la pasión del público, como siempre. Muchos corean la letra, al menos alrededor de donde yo me encuentro, y lo aplausos se repiten en varios momentos de la canción y, de forma insistente, al final.
El turno ahora es para Old Man. Larry vuelve a hacer su disimulada aparición con el banjo en sus manos, pero a pesar de todo, el público le ovaciona con cariño. Incluso algunos le gritan su nombre de pila.
Are you ready for the country? Siempre me pilla por sorpresa. Sus primeros sonidos me chocan y, aunque no tengo muy claro por qué, lo considero “demasiado country” para nosotros los europeos. No sé, serán cosas mías. De todas formas, suena maravillosamente, a pesar de lo primitivo de su ritmo.
La gente esta ya, a estas alturas de concierto, completamente entregada. Corea, grita, silba, aplaude… y para mi, es como si soplara viento fresco cuando escucho los sonidos eléctricos de la Negrita anunciando orgullosa uno de mis temas preferidos: empieza Down by the River con su ritmo casi tántrico y comienza nuestra transformación.
Sí!, ella podría arrastrarme por encima del arco iris
Mandarme fuera
Río abajo le disparé a mi chica,
Río abajo
Muerta, oh!, le disparé, muerta
Su poder es tal que ha llegado a confundirme, haciendo que pierda durante unos segundos mi percepción correcta de la realidad. Te cuento la anécdota. Por casualidad, ya sabes, alguien que andaba por allí me proporcionó una copia de este concierto y yo, aprovechando mi viaje de regreso en tren, lo venía escuchando mientras observaba los bonitos paisajes de Navarra. En un momento dado, mientras escuchaba este tema, pasó por mi ventanilla unos campos de trigo casi maduro, rodeados por una masa de árboles muy verdes. Fue solo unos segundos, pero durante esos instantes me descoloqué cuando me di cuenta que el paisaje pasaba por delante de mí a ¡cámara lenta! al compás del ritmo hipnotizante de Neil. No te estoy exagerando. Me dio tiempo a comprobarlo. Y creo que, si no aparto la vista de la ventanilla, hubiera seguido más tiempo con esa sensación. Cosas de la magia de la música de Neil.
Get Behind The Wheel, la primera representante del Fork In The Road, suena casi sin dejarnos respirar.
Y le sigue su compañera Just Sing a Song, algo más cañera y con unos rifts de guitarras que parecen presagiar lo que viene a continuación.
Y lo que vino a continuación fue nada más y nada menos que el himno: Rocking in the Free World. ¿Y qué podíamos hacer nosotros? Pues cantar, gritar y saltar al ritmo de este cañonazo de canción. Aquí Neil nos da una adelanto de esos sonidos “huracanados y sucios” que salen de su guitarra y que él administra de forma magistral para hacernos llegar sensaciones musicales nuevas y únicas.
Detrás, los saludos de la banda y la despedida… seguida de casi 5 minutos de gritos hasta que Neil decide salir de nuevo.
Y la espera y el griterío merecieron la pena, porque al final, el pajarito bajó a tierra y Neil Young nos obsequió con la segunda novedad del concierto y de Tour: Like a Hurricane.
Sé de gente que adoran este tema y, cuando lo oyes en directo, comprendes por qué. Si el ritmo te transporta fácilmente hasta las nubes, los sonidos de la guitarra te sumergen en un mundo aparte. Pienso que te toca alguna fibra de tu interior que despierta en ti algunas sensaciones y sentimientos dormidos. Maravilloso final.
Acto seguido, con un sentimiento entre tristeza por que esto se acaba y de alegría por la experiencia vivida, nos quedamos sin saber claramente si irnos o quedarnos, aunque al final, nos rendimos ante la evidencia y nos retiramos poco a poco hacia la puerta.
Aunque aun tenemos una oportunidad de comentar lo que ha pasado en las dos últimas horas. Y ahí nos tienes, cansados pero felices, alrededor de unos bocatas de tortilla y unas cervezas.
A estas horas, tan solo una cosa es segura: ya estamos preparados para el próximo tour.
¡Un abraaaaazooooo!
Con fotos de Pepe, David y mías.
De los mp3 hay que decir una cosa. Aquí están puestos únicamente con la finalidad de disponer de un archivo sonoro mientras se lee. No merece la pena perder el tiempo en descargarlo porque existe una versión sin destrucción de audio circulando por la red. Es gratis y fácil de conseguir, y cualquier playero puede darte, seguramente, algunas orientaciones al respecto.
10 comentarios:
Hola Antonio.
Sabes que esperábamos tu crónica de Donosti. Como siempre, genial.
Hubiera dado algo por repetir con vosotros aquel día, pero la vida en general, no es buena conmigo, demasiadas obligaciones. Tengo varias espinas clavadas, una es Like a Hurricane, otra es Powderfinger. Puede que en la gira del año que viene... (optimismo brutal).
A mí el country me gusta mucho y cuando Neil se sumerge en el, doblemente feliz.
Comprendo perfectamente lo del paisaje a cámara lenta. Los que por esta playa deambulamos, creo que hemos experimentado todo tipo de experiencias por culpa del tío.
Nos llega a lo mas profundo de nuestras emociones. Y si no, que nos lo digan a Isabel y a mí, que coincidimos en una experiencia similar.
Señor Briggs? Resucitado o convertido en Señor Roberts?
Bravo Antonio, se hizo esperar pero valió la pena. Una puntualización solamente. Cuando fui de cacería al hotel, la foto que has publicado no estoy con Briggs sino con Roberts !!!.
A parte de esta puntualización tengo que decir que tanto yo como Mª Ángeles, Julia y David nos lo pasamos genial, nos reímos muchísimo y conocimos a un montón de gente fabulosa que espero reencontrar en algún encuentro rustie. Ya sabes, Antonio, ves preparando algo.
Un abrazo para todos los que coincidimos y también para algunos de los "rajados" que no vinieron. (No miro a nadie Jose y Ramón).
Antonio has conseguido transportarme al estadio de Anoeta y he de decir que he disfrutado con tu crónica muchísimo, pero...
¡Qué envidia!. Sana envidia, eso sí.
Puedo decir"yo estuve alli"...aun recuerdo aquella noche magica en Anoeta...viendo las fotos que has colgado, os situo en la cola de entrada a unos 10 metros delante de mi..(por cierto, vaya coñazo con los hares krishnas y sus bailecitos, no??)Leyendo tu cronica me he vuelto a transportar alli de nuevo,!!Fantastico¡¡¡
Entiendo tu cansancio, yo viaje desde Bilbo y llegue muerto a casa...
Saludos
HEYYYYYYY.....Antonio, que casho maestro eres; me has hecho revivir de nuevo el concierto y recordar todas las sensaciones de aquel dia...inolvidale, como todos vosotros que os conoci ese dia. A por la proxima cita...a currar en esa "xuntanza" rustie, aver si sale para adelante. Muchos saludos a todosssss
PD: ligero error. has confundido las fotos y los nombres de Pello e Iñaki...por lo demas...chapóooo
Xan
Yo no estuve allí, aunque me hubiera gustado tanto seguir el viaje, pero leyendo la detallada crónica, viendo las fotos y conociendo a alguno de esos fantásticos playeros, es como si casi hubiera estado, GRÁCIAS!
Un abrazo para todos,
Isabel
Hola Antonio! cuánta información de golpe!! qué sorpresa ver nuestras caras por ahí... el concierto fue algo increíble, cuál mejor para iniciar a David en el mundillo?
A parte, la experiencia de conoceros fue genial... entre abrazos y guaguas queda la cosa.
Espero que no tenga que venir Neil para que volvamos a vernos!
Un abrazo, de verdad.
Júlia y David
Y la de BARNA donde está???
Me la he perdido???
Un saludo a todos de
Isabel
¡Venga, animaros!
Hacemos una quedada veraniega y repartimos música...
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