29 enero, 2022

Neil Young, Rogan, Spotify y la censura. Una mala ensalada.

Me acabo de topar con este artículo a vueltas con el Tío y su desencuentro con Spotify. Solo que este creo que merece una lectura pausada.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2022-01-29/censura-antivacunas-joe-rogan-neil-young-spotify_3366533/

El señor Soto debe ser un buen periodista, no lo pongo en duda, pero tengo muy claro que no pertenece a la Playa. Se nota que a Neil Young lo tiene poco escuchado.

Y lo digo porque debe conocer muy poco (o nada) la trayectoria del Tío si piensa que con el asunto Spotify se ha prestado a campaña alguna que no sea la de hacer con su música lo que le salga de sus SSCC (sermo vulgaris dixit), como ya ha demostrado en bastante ocasiones y que no voy a enumerar ahora (vaya a menudo a enlaplayadeneil.net y ya verá) 

Tras un primer amago hace ya un tiempo de librar su obra del pésimo MP3, está claro que se ha llevado su música a donde debe estar, que es el mismo sitio donde empezaba a estar cuando míster Rogan se empezaba a cagar en sus pañales.

Neil Young (en el centro) en Canadá en los 60's

Comparar esto con un intento de censura de un cómico es, perdonadme por el chiste malo… CÓMICO.

No vengo aquí a sentar cátedra, pero con la ayuda inestimable del RAE me pongo en situación:

Censurar

4. tr. Dicho del censor oficial o de otra clase: Ejercer su función imponiendo supresiones o cambios en algo.

Me fijo en dos de esas palabras que le dan sentido a la definición y que quiero destacar. Una es "oficial" y la otra es "imponiendo".

Esas dos palabras de la acepción 4 me da pie a pensar en Censura como… Una estrategia del poder establecido de impedir ataques sobre él...

Y la experiencia que da una juventud vivida bajo un poder dictatorial ilegítimo me da cierto derecho a poder añadir a lo anterior… aunque se utilicen argumentos veraces y legítimos.

Ambas cosas son tan evidentes que no necesitan muchas aclaraciones.

Según eso, me he topado alguna vez con censura política, censura religiosa, censura militar y con censura moral.

Nunca he podido constatar un tipo de censura científica. Será porque la Ciencia se desarrolla razonando y demostrando (o no) las cosas que dice. Eso no deja lugar para acallar bocas como en los otros casos.

Así que tengo muy claro que, si valoramos en algo la Ética, la censura es un método totalmente negativo en tanto en cuanto persigue mantener determinados estatus de una forma rastrera, lo que redunda en recalcar aún más en su ilegitimidad: gobiernos no democráticos, integrismo religiosos, corrupción económica…

Pero ¿qué ocurre cuando se actúa sobre gobiernos legítimos y democráticos, creencias tolerantes y honestas o sobre sociedades sanas y estables con ataques apoyados en argumentos falsos y mentiras manifiestas? ¿Oponerse a eso es censura o sería mejor llamarlo defensa propia?

Ese dilema es el ojo de uno de los huracanes que azotan al siglo XXI:

¿Es legítimo actuar sobre ideologías políticas que con medias verdades, mentiras enteras y leyes retorcidas actúan contra la Democracia?

¿Debemos soportar a grupos salidos de no se sabe dónde, mantenidos por no se sabe quién y con no se sabe qué fines últimos, jugar con la salud de toda la sociedad?

¿No resulta extraño que esos grupos y falsos gurús cuelguen siempre de oscuras telarañas del mismo signo político?

Lamentable todo.

A mí, en casa, de pequeñito, ya me enseñaron que las mentiras no son opiniones, ni siquiera opiniones equivocadas. Son mentiras y se pagaban con un zapatillazo.

Seguramente gracias a esa enseñanza, ahora sé que ir contra la mentira no es ir contra la libertad de expresión, es defender la verdad.

Así que no es lícito mentir. Jamás.

Tampoco es lícito propagar opiniones injustificadas. Jamás.

Hay que dejar de mezclar ideologías y pandemia porque no son lo mismo, aunque las dos maten. Y no hace falta decir que las mentiras y los argumentos infundados, en una pandemia, matan.

La mentira como arma política

Pero mejor me vuelvo a Neil Young que para eso hemos venido y como me enrede, termino colgando un panfleto (en su acepción 2 del RAE)

Llamarlo censor, así a pelo, es un bastinazo en el peor sentido del término (si no sabes qué es un bastinazo, mira aquí o ven a Cádiz)

Llamarlo chantajista es no tener ni puñeteras idea de quién es, lo que ha hecho, lo que hace y cómo lo hace.

Llamarlo vocero es errar el tiro y pasarse siete pueblos.

Yo no he leído en ninguna prensa que Neil pretenda taparle la boca a míster Joe, sino plantear que no se quiere sentar a la misma mesa, que es algo muy diferente. Y a lo que está en su total derecho.

Yo no volvería a un sitio que no tiene Tío Pepe fresquito. Y eso no considero que sea censura, sólo formas de vivir.

Plantear a la empresa que cuelga esas cosas que no se puede tener todo es algo totalmente razonable. Y la empresa lo tiene fácil con lápiz y papel. Y sabiendo qué es lo que mueve al mundo empresarial, echar unos números se hace en poco tiempo y Young sabe de cuentas porque fue el colegio de pequeño, por lo que estoy seguro que llevaba los botas cuando se metió en ese charco.

Si el articulista, aprovechando el tirón de la noticia, quiere blanquear a míster Rogan, allá él lo que haga con su vida, aunque debe tener claro que ir contra los antivacunas no es ir contra herejes.

Y utilizar a Neil en su cruzada, presentándolo como si de un Cisneros se tratará, es de risa.

Y todavía me da más risa que intente retorcer la situación para presentarla al revés de lo que en realidad es:

El que ha expresado una opinión es, evidentemente, Neil Young. Si hacerlo conjuntamente con hechos concretos, contrarios a la mentalidad mercantilista de hoy, genera desazón en algunos, pues la verdad… debería escuchar más música de Young (Ver nota 1).

Pillado por un paparrazzi

Con todo ese ruido que hace la prensa y lo que no es prensa, escucho poco o nada eso de que el ser humano es un animal social. Que nos guste o no, vivimos en sociedad.

Voltaire llevaría posiblemente toda la razón del mundo en eso que dijo, pero más razón llevaba aquella otra persona que dijo que "mi libertad acaba cuando empieza la de los demás".


Nota 1: Evidentemente si quiere la música oficial deberá visitar la tienda de disco más próxima. Si quiere un servicio online, le recuerdo que Neil tiene el suyo propio y con una cuota muy asequible. Pero si quiere escuchar alguno de los miles de conciertos, apariciones, bootlegs y demás cosas no oficiales, le recomiendo que se sume al grupo de Neil Young en hispano de Facebook (ahora Meta) y contacte con alguno de los usuarios que, sin ánimo de lucro y gustosamente, le pondrán sobre la pista de algunos de ellos. 

Nota 2: mientras escribo esto, dos nuevos "censores" se unen a la escapada: Joni Mitchell y Nils Lofgren.

2 comentarios:

manologranpa dijo...

Bien por Neil aunque sea por haber conseguido sacar al Boss del boquete. Jaja. ¡¡Gran artículo Boss!!

Juan Azpillaga dijo...

¡Muy bien Antonio! Asumo lo que dices en el artículo, porque, como comentas, "ir contra la mentira no es ir contra la libertad de expresión, es defender la verdad"